Tema N°3: Los poliedros plátonicos y la relación de Euler

Platón consideró que estos polígonos tridimensionales eran perfectos y dio la definición de cinco de ellos:
- Tetraedro: 4 caras (tetra = 4)
- Hexaedro (o cubo): 6 caras (hexa = 6)
- Octaedro: 8 caras (octa = 8)
- Dodecaedro: 12 caras (dodeca = 12)
- Icosaedro: 20 caras (icosa = 20)
Cada uno está vinculado a un elemento de la Creación:
- 1º Sólido de Platón: el Tetraedro: el fuego
- 2º Sólido de Platón: el Octaedro: el aire
- 3º Sólido de Platón: el Icosaedro: el agua
- 4º Sólido de Platón: el Cubo: la tierra
- 5º Sólido de Platón: el Dodecaedro: representa el Todo, el Universo
Cada sólido tiene una virtud, una influencia propia, como los símbolos de la geometría sagrada.
El tetraedro, vinculado al fuego, es un elemento activo, cuyo simbolismo está ligado a la aparición de la elevación.
La vibración de la forma del tetraedro puede fortalecer nuestra salud en general o puede amplificar una intención. El uso del tetraedro puede ayudarnos a superar una fatiga importante o a activar una convalecencia.
El hexaedro, conectado a la tierra, es un elemento de danza estable y la vibración de su forma favorecerá la estabilidad, la precisión y la seguridad. Favorecerá una buena gestión del mundo material y, por tanto, la supervivencia del cuerpo físico.
El octaedro, vinculado al aire, es un elemento muy sutil, cuyo simbolismo es el intercambio entre todas las direcciones y todas las dimensiones. Promueve la sutileza y la ligereza para nuestro entorno psíquico. También ayuda a fortalecer el aura.
El icosaedro, vinculado al agua, es un elemento que favorece la fluidez, la disolución y la pureza. Puede ayudar a abrir el chakra del corazón y nos conecta con nuestra alma causal. Es muy adecuado para ayudarnos a disolver nuestros bloqueos para crear una emisión de afecto y amor hacia los demás, para cambiar nuestra emisión vibratoria y para cambiar nuestra vida.
El dodecaedro, vinculado al éter, simboliza el quinto elemento, la energía invisible que subyace a los cuatro elementos formales. Promueve nuestro desarrollo espiritual y una conexión con nuestra alma espiritual y nuestro programa de encarnación.